¿Quien hoy en día no ha tenido la necesidad de aprender un idioma? Actualmente vivimos en una sociedad de carácter abierto que nos impone la necesidad de comunicación entre todos los habitantes del planeta Tierra. Con esto nos planteamos aprender diferentes lenguas para poder abrirnos esos horizontes que nos faltan. Pero, ¿cuándo es el momento ideal para empezar este nuevo reto?
El experimento fue realizado por Whitney M. Weikum y colaboradores, con bebés entre 4 y 8 meses. Compararon la reacción de éstos al mirar un monitor sin audio dónde se podía visualizar a una persona ajena completamente a cada uno de ellos hablando un idioma determinado. Los bebés reaccionaban sin prestar atención al monitor neutro, pero sorprendentemente, cuando la persona cambiaba de idioma, el bebé reaccionaba mirando con interés el monitor (recordemos que el monitor NO tenía audio).
Este hallazgo tan relevante les llevó a comparar diferentes niños con distintos idiomas maternos y edades. Se observó que el idioma materno del bebé no tenia importancia a la hora de discriminar y que a partir de los 4 meses de edad el niño podía distnguir entre cualquier lengua indistintamente del origen léxico pero esta capacidad solía desaparecer a los 8 meses. Así pues, se pasó a comparar entre bebés, los cuales tenían un entorno real bilingüe, y bebés monolingües. Otro hallazgo científicamente relevante puso en manifiesto que los bebés con dichos entornos reales bilingües no perdían esta capacidad innata a distinguir idiomas a los 8 meses de edad, sino que perduraba a lo largo del tiempo.
Así pues, la explicación más plausible a dichos resultados es que tenemos la capacidad innata de reconocer fonéticamente cualquier lengua independientemente de cual sea el origen de ésta y de la nuestra propia. Sin embargo, aquellos bebés que no viven en un entorno donde se les estimula dicha capacidad, nuestro cerebro la elimina porque la cree innecesaria, pero aquellos que en su entorno realmente la necesitan, la perduran a lo largo del tiempo y al seguirla manteniendo al crecer, se tiene mucha más facilidad para aprender cualquier idioma.

No obstante, que no se preocupe aquel que se haya propuesto estudiar un nuevo idioma y tenga algo más que 4 meses de edad, la perseveración y la constancia son las grandes aliadas del ser humano y nos permiten llegar a metas mucho más lejanas de las que nos podemos imaginar.
Espero que os haya gustado esta nueva forma de ver el aprendizaje de la lengua y si tenéis alguna duda ponedme un comentario más abajo y os responderé lo mejor que sepa.
No olvidéis compartirlo en vuestras redes sociales :) Un saludo !!
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