"Solo podría hablar como escribo si ya no tuviese autismo y eso no es posible porque no hay forma de curarlo, es un trastorno que jamás ha sido descrito bien en modo alguno (...) es el cortar al hombre de un tajo primeras y sencillas experiencias, como esenciales capitales. Experiencias por ejemplo llorar, llorar simplemente sin inventar antes motivos de enojo. Y reír como ríen los niños (...)"
Os presento Birger Sellin, un chico de unos 17 años en el momento en que escribió estas palabras. Es un joven que pasaría desapercibido en una multitud de chicos de su edad, sin embargo, destacaría si observamos su comportamiento pues Birger está marcado desde que nació con una enfermedad mental llamada Autismo.

Clínicamente los psicológos nos basamos en tres ámbitos claros para diagnosticar autismo: deterioro social, del lenguaje y comunicación y patrón restringido de actividades e intereses.
Pero ¿quien es el autista?
El autista es alguien incapaz de comprender las normas que utilizamos para relacionarnos, por lo que percibe el entorno como algo imprevisible y caótico y, por tanto se refugia en un mundo paralelo; el suyo propio. Tienen problemas en el filtro de percepción y así cuando pronunciamos una simple frase que para nosotros tiene sentido, para ellos es un ruido horrible. Como reacción a este caos, los autistas se refugian en su mundo estrictamente ritualizado y rutinario lo que les hace sentir seguros y a salvo. Es decir, cuando vemos a un autista por ejemplo frotándose las manos de una forma obsesiva estamos presenciando la esteriotípia propia de esa persona que intenta tranquilizarse, no un movimiento absurdo y disparatado.
Imaginaros por ejemplo que os secuestran unos extraterrestres y os lanzan en un mundo donde no entendéis por qué ocurren las cosas y no percibís nada conocido. ¿Qué sentiríais? MIEDO. Eso les ocurre a los autistas, no entienden por qué tienen que quitarse el abrigo cuando llega el verano o por qué tienen que evitar mojarse cuando llueve. Sin embargo, muchos de ellos han aprendido a vivir en nuestro mundo a través de esas rutinas y estereotípias.
No se trata tampoco de discapacitados intelectuales, pues muchos son auténticos genios en diferentes áreas como el dibujo o las matemáticas.

Así pues, espero poder haber aclarado un poco el término del Autismo ya que no se trata de personas completamente diferentes a nosotros o de discapacitados mentales. Son personas que accidentalmente han nacido con la incapacidad de comprender nuestro mundo y no por ello son menos personas.
Así pues, si algun día tienes la ocasión de toparte con alguien como nuestro amigo Birger, nunca olvides que eres tú el extraño, no él.
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Un abrazo,
Raquel
Para cualquier otra duda: raquelgarcia587@gmail.com